Menos patentes, más pobres
España pierde competitividad en sectores clave de la nueva economía.
La innovación atraviesa momentos preocupantes. El gasto español en I+D creció apenas el 0,041% en 2011, por lo que se encuentra prácticamente estancado, según el reciente informe de la Fundación para la Innovación Tecnológica (Cotec). La crisis está incidiendo claramente en el deterioro del sistema nacional de innovación, una situación que no cambiará durante los próximos años. Por ello se insiste en la urgencia de impulsar la innovación e I+D, ahora más que nunca, como pilares de un necesario nuevo modelo productivo de la economía española, tal y como están haciendo los países de nuestro entorno (Alemania aumentará este año un 5% sus recursos dedicados a I+D, y Francia se ha comprometido a destinar unos 35.000 millones de euros a estas actividades).
“Vamos retrocediendo. Se dice que somos poco competitivos, que investigamos poco, a lo que habría que agregar que patentamos poco”, comenta Alejandro Klecker, director general de Clarke & Modet, primera multinacional española de patentes y marcas. “Ser más competitivos no es producir a costes cada vez más bajos (lo hace cualquier país emergente); se trata de ser innovadores en las áreas y sectores en los que somos realmente fuertes, donde tenemos mejores conocimientos, mayor experiencia y podemos desarrollar un I+D patentable. Así, los resultados repercutirán favorablemente en la balanza tecnológica y en la creación de empresas y empleo. Hay que tener en cuenta que una patente es un activo, una parte del valor de una empresa. Son títulos de propiedad que pueden servir para obtener un crédito bancario. ¿Hasta qué punto se tiene en cuenta este enfoque entre los diferentes partidos políticos?”.