El crecimiento económico, por encima de lo esperado
A escasas horas de cerrar el ejercicio 2013, el Ejecutivo de Mariano Rajoy se prepara para encarar un 2014 repleto de retos económicos, pero con la firme proposición de hacer del próximo año el de la recuperación. ¿A qué retos se enfrenta el Gobierno? ¿Qué reformas faltan por hacer?¿Qué es lo más inmediato por resolver? ¿Será el año de la salida definitiva de la crisis? Lo que será seguro es un año cargado de previsiones positivas.
Porque esa es la impresión generalizada de los economistas consultados por ABC. Ahora bien, con ciertas reservas en algunos ámbitos. 2014 pues, podría ser el año de la recuperación de la economía española. El de la salida definitiva de la crisis. Y es que tras un año, el de 2013, considerado como el de la observación de cómo las reformas estructurales puestas en marcha por el Gobierno popular –si bien aún limitadas para algunos–, se transforman en mejoras en el desarrollo económico, estrenamos otro cargado de buenos augurios. No en vano, diversos organismos nacionales e internacionales han ido publicando en los últimos tiempos previsiones de recuperación para la economía española. Será una recuperación lenta, sí, pero mostrará leves mejorías en todas sus magnitudes.
Así, FMI, OCDE, Banco de España, CEOE, BBVA, La Caixa, Ceprede… todos coinciden que el próximo año marcará el fin de la recesión del país. Desde el menor crecimiento para la economía española (en términos de PIB) del 0,5% previsto por Analistas Financieros Internacionales y Esade, hasta el máximo del 1,1% de crecimiento previsto por el Centro de Estudios de Economía de Madrid. Una horquilla que deja a mitad de camino la previsión oficial del Gobierno, que sitúa el crecimiento del PIB de 2014 en el 0,7%, si bien por los despachos de Moncloa se trabaja con hasta un 1,5% si la situación internacional y las perspectivas sobre próximas reformas estructurales va en línea con las expectativas internas. Un crecimiento más positivo que se fundamenta por lo ya realizado en el año que acaba.
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Empleo neto en 2014
«La economía española crecerá por encima de lo proyectado por el consenso de los economistas y por los principales organismos internacionales. Con un crecimiento del orden del 1,5%, España creará también empleo neto el próximo ejercicio», afirma contundente la economista María Gómez Agustín. Un optimismo que también comparte el profesor del IESE, José Ramón Pin Arboledas: «Llevo tiempo pronosticando mejores perspectivas económicas para 2014 que el Gobierno y, por supuesto, que la oposición. Por mi parte anunciaría un crecimiento del 1,5% del PIB si no fuera porque resultaría excéntrico respecto a todos los demás pronósticos. En todo caso, será un crecimiento superior al 1% del PIB con seguridad. Aunque en el Ministerio de Economía, sotovocce, me han asegurado el 0,9%». Y es que para los expertos consultados la razón de los buenos augurios se asienta precisamente en las reformas y medidas ya tomadas desde que comenzara a gobernar el equipo de Rajoy. No en vano, ya en 2013, España lograba alejarse del precipicio que suponía una intervención por parte de Bruselas, con consecuencias dramáticas para todos, lo que ha generado el inicio de la recuperación de la credibilidad de nuestro país y que se ha traducido básicamente en una bajada del precio del dinero que pedíamos prestado fuera.
Ajuste fiscal
Sin embargo, una decisión globalmente positiva como ésta está teniendo efectos negativos a nivel doméstico –en las economías de las familias y las pymes– ya que el camino elegido para equilibrar las cuentas públicas ha sido elevar los ingresos vía impuestos, en vez de reducir el irresponsable gasto que heredamos de la era del dúo Zapatero/Salgado. «Los impuestos que pagamos empresas y familias son insostenibles más tiempo porque reducen renta disponible en las economías particulares y limitan o directamente impiden la generación de beneficios en las empresas. Es decir, esos impuestos son un obstáculo al desarrollo de la economía real y, por lo tanto, a la creación de empleo» apunta Francisco Aranda Manzano, presidente de Asuntos Laborales de CEIM-CEOE.
Una impresión, la del ajuste fiscal para 2014, que comparten otros expertos. Como Gómez Agustín, ampliando el espectro a la necesidad de una urgente reforma del sector público: «Lo realmente urgente es realizar de una vez por todas la reforma/ajuste del sector público y de la fiscalidad. Con la estrategia presupuestaria en curso será muy complicado, por no decir imposible, la reducción del déficit público por debajo del 6% y reducir los impuestos para fortalecer y consolidar la recuperación. Al mismo tiempo es importante profundizar en la reforma del mercado laboral».
Y tras el ajuste fiscal, el segundo gran problema pendiente de resolver, es la sequía del crédito bancario, del que en España depende la financiación empresarial en más de un 80%. Para Aranda la solución en este aspecto no está tan clara: «Las restricciones de crédito continuarán por tres motivos: la elevada tasa de morosidad, la incertidumbre que provocan las permanentes revisiones regulatorias del sector y la transfusión continua de dinero barato del BCE a los bancos españoles que son utilizados para comprar bonos soberanos hasta el punto de que algunas carteras de activos bancarios acumulan hasta el 25% de la deuda soberana viva». Pero empresas y familias ya no pueden seguir siendo «torturadas» esperando más. «Es urgente –añade Aranda– facilitar las operaciones de financiación privada (no bancaria) y optimizar con responsabilidad los recursos de las entidades públicas de financiación, ya sea con crédito directo o a través de capital riesgo, antes de que terminen cayendo las empresas que han logrado mantenerse estos años de forma heroica y con enormes sacrificios».
Mientras, para Juan Velarde, catedrático emérito de la Universidad Complutense de Madrid, el Ejecutivo tiene en este momento cinco retos inmediatos: «conseguir un equilibrio presupuestario, poniendo orden en el mundo autonómico –reducir el peso de la deuda pública, que Zapatero había conseguido que emulase a la del sector privado–, y simultáneamente, la liquidación radical del contencioso catalán. El segundo gran reto se relaciona con la situación energética. El tercero, proseguir con la reforma del mercado laboral, lo que lleva consigo, también, un replanteamiento de la cuestión de las pensiones. El cuarto se relaciona con esa cadena iniciada con la reforma de la educación de Wert, y que concluye con progresos importantes cientificotecnológicos en forma de patentes. Y, el quinto, una mayor presencia del mercado libre, sin esa masa de coerciones administrativas».
Clima de inversión
Como conclusión, para Javier Morillas, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad CEU San Pablo, «la inversión extranjera en España se va a más que duplicar en 2014 sobre 2013, pese a que en éste ya se ha duplicado sobre 2012. Los ahorradores y fondos internacionales han asimilado que la actuación del gobierno español ha sido clave para despejar toda duda sobre el euro, al tiempo que la lentitud de las reformas en países como Italia y Francia tienden a reforzar los flujos de inversión hacia España, que además ha demostrado, en las fases alcistas del ciclo, un mayor potencial de crecimiento; también la bolsa española tiene un recorrido al alza muy superior al de las otras de la UE. La lógica bajada del precio de los inmuebles; la baja inflación y costes laborales; la necesaria reforma fiscal debe conformar un marco de menor carga impositiva; también la energética debe acabar de clarificar unos costes que no pueden seguir cargando intereses a nuestra ya voluminosa deuda pública; la reducción del aprovechamiento del wellfare por parte de colectivos foráneos ausentes de los procesos de ahorro y sacrificio intergeneracional realizado por los hogares españoles debe no sólo racionalizar los subsidios sino liberar recursos».