Los alcaldes buscan oxígeno en el extranjero para sus empresas públicas
Lejos de abogar por la austeridad, los alcaldes tratan de capear la depresión de la construcción residencial con una huida financiera hacia adelante
Pocos meses antes de que tengan prohibido endeudarse a largo plazo, los ayuntamientos alimentan la avalancha de pasivo que tienen que afrontar sus empresas municipales. Y, cada vez más, lo hacen mirando hacia el exterior. Desde el borde del precipicio de la crisis, al finalizar el primer trimestre de 2008, hasta igual periodo de 2010, la deuda que acumulan las compañías municipales españolas en el extranjero se ha multiplicado por 3,44, pasando de 393 millones de euros a 1.353, según los datos del Banco de España.
Además, su adeudo total ha crecido en estos dos años a un ritmo 2,5 veces superior al registrado entre el primer trimestre de 2006 e igual periodo de 2008. Desde la cima del boom inmobiliario –cuando las arcas locales rebosaban euros generados por el ladrillo – hasta el comienzo de las caídas del PIB, la deuda de las compañías públicas locales aumentó desde 3.614 millones de euros hasta 4.921 millones. En cambio, desde entonces (abril de 2008) hasta finalizar el primer trimestre de 2010, el saldo pasivo ha engordado en 3,257 millones de euros (2,49 veces más), hasta sumar un total de 8.178 millones. De esta última cifra se desprende que la deuda global ha aumentado un 66% en dos años.
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