La vía para que la banca se libre de las peores hipotecas
El anteproyecto de ley de fomento de financiación empresarial recoge la intención del Gobierno de revitalizar el mercado de titulizaciones. Con esta fórmula, las entidades financieras empaquetan créditos, ya sean hipotecarios o de otro tipo, después los venden a inversores y así transfieren el riesgo asociado a esos préstamos y, además, consiguen liquidez. El círculo virtuoso se cerraría al utilizar esa liquidez para dar nuevos préstamos.
"El objetivo es que esta futura nueva ley sea el marco en el que se regulen los certificados de transmisión hipotecaria", señala fuentes hipotecarias. A cierre del año pasado, el volumen en circulación de certificados de transmisión hipotecaria ascendía a 96.164 millones de euros, según los datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE).
En este activo se pueden incluir, por regla general, hipotecas que hayan sido concedidas por más del 80% del valor de tasación de un inmueble, segundas hipotecas o aquellas concedidas por más de 30 años. Incluso pueden convertirse en certificados las hipotecas concedidas por más del 100%, como llegó a ocurrir de forma habitual en los momentos álgidos del boom inmobiliario. Además, las sucursales en España de entidades de crédito de otros países de la Unión Europea podrán emitir este tipo de deuda hipotecaria. Eso sí, hay límites a la flexibilidad de los certificados. A diferencia de los bonos hipotecarios clásicos, que pueden incluir hipotecas situadas sobre inmuebles en otros países de la Unión Europea, solo incluirán hipotecas constituidas sobre viviendas en España.