¿Somos realmente lo que queremos ser?
Todas las empresas, voluntaria o involuntariamente, transmiten una imagen a la sociedad. La buena gestión de esa imagen, la que garantizará su posicionamiento, pasa por mantener comportamientos y acciones coherentes con lo que se quiere ser.
El Boletín Electrónico de la CEDE recoge este artículo escrito por el consultor de empresas, Rafael Cera Cera.
Cualquier organización, con independencia de su tamaño o finalidad, tiene la necesidad de realizar una correcta gestión de su marca. Una gestión que sea responsable con lo que la empresa desea ser y ajustada a las expectativas de los clientes. De nada serviría cuidar de manera extrema los aspectos tangibles de una marca (logos, uniformes, webs, papelería…) si no se ofrecen respuestas coherentes a través de comportamientos, comunicación y acciones que ayuden a fijar un posicionamiento concreto en la mente de los clientes.
El gap entre lo que el cliente percibe y lo que obtiene determinará de forma significativa los resultados comerciales. Así que ojo, no basta con prometer excelencias o generar falsas prestaciones para posteriormente no cumplir con las expectativas, pues los resultados de las ventas que provoquen insatisfacción (ventas malas) tendrán un efecto muy negativo para
la empresa, incluso peores que la no venta.
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