El coronavirus transforma el mapa turístico en una temporada aciaga
El coronavirus ha dejado al turismo al borde del abismo. La primavera se perdió por completo, con los confinamientos y restricciones a la movilidad. El sector se agarraba al verano como tabla de salvación, pero en realidad ha sido la puntilla. Los datos de julio son nefastos en las principales zonas turísticas, con gran dependencia de los viajeros extranjeros. Y agosto ha sido todavía peor, según los datos que maneja el sector. Tanto que han adelantado el cierre en destinos como Baleares y Benidorm. La otra cara de la moneda se ha vivido en la costa norte del país, Cádiz o Huelva, donde han soportado mejor el golpe.
Este 2020 pasará a la historia como el peor ejercicio del turismo español. La previsión apunta ya a un agujero de casi 100.000 millones en el conjunto del año, según Exceltur, con desplomes sin precedentes en los destinos de sol y playa y grandes ciudades. El tablero ha dado un vuelco y los datos arrojan algunas excepciones donde se ha conseguido amortiguar el golpe. Esto no significa que vayan a cerrar un buen año. Ni siquiera empatar. Pero visto lo visto, acabar con una pérdida de viajeros por debajo del 40% es un éxito.