Los Grifols buscan comprador para poner fin a su aventura en el mercado de la vivienda
Los Grifols buscan comprador para la promotora de vivienda de alquiler Becorp, cuyo accionariado comparten el grupo inversor Scranton, propiedad de parte de la familia y de algunos de los directivos de Grifols, y los socios de la inmobiliaria Corp, encabezado por el empresario de Mataró Pedro Molina, según han apuntado fuentes financieras conocedoras de los movimientos del grupo. BeCorp era hasta ahora la mayor aventura de diversificación de los Grifols, una inversión de 600 millones de euros para construir 5.000 viviendas en buenas ubicaciones, tanto en Barcelona como en otras ciudades españolas.
La aventura de los Grifols en el ladrillo ha durado dos años y sirve como ejemplo de los problemas de este nuevo poder emergente en la economía catalana a la hora de diversificar más allá de la multinacional de hemoderivados Grifols y también sobre cómo la actuación política en Cataluña acaba afectando a la evolución de negocios privados.
La salida de los Grifols no se debe a problemas de BeCorp, un proyecto que nacía de los terrenos en desarrollo que tenía Corp junto con una inyección de capital de Scranton que se produjo en 2019. El calendario de obras va según lo previsto y BeCorp cuenta con buenas ubicaciones como La Magoria, en Sants; Rambla Guipúzcoa, en La Sagrera; o, ya fuera de la ciudad, en Badalona o Sant Just. El grupo tiene, además, financiación de CaixaBank por valor de 350 millones de euros y, por tanto, ha sorteado el momento del coronavirus sin problemas de liquidez.