La contratación de Rodrigo Rato como asesor externo de Telefónica, criticada con dureza en las redes sociales, ha vuelto a reabrir el debate sobre si es ético que los políticos que han ostentado cargos públicos den el salto a la empresa privada.

El ex presidente de Bankia, antiguo director del Fondo Monetario Internacional y cerebro económico del Gobierno de José María Aznar se une a la larga lista de ex dirigentes incorporados a las grandes compañías españolas como consejeros o asesores. Especialmente significativo es el caso de las empresas eléctricas, un sector que recurrentemente pone en nómina a estos hombres y mujeres de la primera línea política en busca de los contactos al más alto nivel establecidos durante años.

Felipe González

El ex presidente del Gobierno es consejero independiente de Gas Natural Fenosa, labor por la que cobra 126.500 euros anuales. El antiguo jefe del Ejecutivo percibe además 82.000 euros del Estado en concepto de asignación vitalicia y dispone de coche oficial y cuerpo de seguridad.

El emblema socialista ejerce a su vez de asesor de su amigo Carlos Slim, magnate mexicano que encabezó la lista de los más ricos del mundo elaborada por la revista ‘Forbes’ en 2010. A estos ingresos se añaden los que se embolsa como conferenciante.

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