Estrategias para no equivocarse al invertir en Bolsa en 2020
Quien quiera beneficios tendrá que arriesgar más, optar por las acciones, aunque el retorno pueda ser inferior al del año anterior.
La cosecha de 2019 resultó mejor de lo esperado para los inversores. En enero de hace un año nadie daba un euro por los activos de riesgo. La recesión mundial parecía inminente azuzada por conflictos geopolíticos y guerras comerciales. Sin embargo, el balance final fue positivo para la renta variable. El índice MSCI World, el mejor termómetro de las Bolsas mundiales, subió un 27,68% el pasado ejercicio. En renta fija, si bien en los tramos cortos y en las emisiones más solventes la cosecha fue magra por el impacto de las políticas monetarias, hubo premio para aquellos que optasen por bonos con algo más de peligro. Y en materias primas algunos activos depararon alegrías; un claro ejemplo es el oro, que se apuntó una subida del 18,31%.
Ahora bien, y como dice el viejo adagio del mercado, rentabilidades pasadas no son sinónimo de réditos futuros. Por tanto, el arranque del nuevo curso obliga a los ahorradores a replantearse las estrategias. ¿Qué puede ocurrir en los mercados en 2020? A priori, el entorno económico es algo más favorable que hace 12 meses. Las tensiones arancelarias se van atemperando y las previsiones de consenso apuntan a una cierta aceleración del crecimiento mundial, aunque siempre por debajo de la media que se registró tras la salida de la Gran Recesión. Este diagnóstico no quiere decir que los inversores se puedan dormir en los laureles. Los expertos consultados avisan de los baches que podrían venir, reconocen que las rentabilidades quizá no sean tan buenas como en 2019 y recuerdan que, en un contexto condicionado por los tipos de interés negativos, quien quiera pescar beneficios tendrá que estar dispuesto a asumir ciertos riesgos.