La economía de España vuela y deja atrás a Francia y Alemania: el PIB bate todas las previsiones con un avance del 3,5%
En esta ocasión es la demanda interna la que ha tirado del ‘carro’ con gran intensidad, mientras que la externa ha supuesto un pequeño ‘lastre’. El Producto Interior Bruto (PIB) de España continuó su expansión en el cuarto trimestre de 2024, aunque con una composición del crecimiento que refleja un tono un tanto mixto. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la demanda nacional fue el principal motor de la actividad, contribuyendo con 1,2 puntos al crecimiento intertrimestral del PIB, mientras que la demanda externa tuvo un impacto negativo, restando 0,4 puntos al avance de la economía en términos intertrimestrales. No solo eso, algunos analistas creen que las previsiones de PIB de España para este 2025 están muy por debajo de la realidad (el consenso del mercado estima un crecimiento del 2,2% para este ejercicio) y apuntan ya a un crecimiento cercano, también, al 3% para este año.
El consumo de los hogares mostró una mejora notable, con un crecimiento del 1% en comparación con el trimestre anterior, lo que sugiere una mayor confianza de los consumidores y un repunte del gasto privado. También el gasto de las Administraciones Públicas registró una evolución positiva, aunque más moderada, con un aumento del 0,4%. Destaca especialmente la inversión, medida a través de la formación bruta de capital, que avanzó un sólido 2,8%, confirmando el buen comportamiento del sector empresarial en términos de ampliación y modernización de la capacidad productiva.
Sin embargo, el sector exterior mostró signos de desaceleración. Las exportaciones de bienes y servicios apenas crecieron un 0,1% en tasa intertrimestral, lo que supone una ralentización de tres décimas respecto al trimestre anterior. Por el contrario, las importaciones aumentaron un 1,3%, acelerando en cuatro décimas su ritmo de crecimiento. Esta combinación refleja un mayor dinamismo en la demanda interna, pero también un deterioro en la aportación del comercio exterior al crecimiento del PIB.
Desde el punto de vista de la oferta, todos los grandes sectores económicos experimentaron crecimientos, con la excepción del sector primario, que sufrió una caída del 0,7% en su valor añadido bruto tras haber registrado un crecimiento del 1,5% en el trimestre anterior. La industria, en su conjunto, creció un 0,3% en el cuarto trimestre, con una especial aceleración en la industria manufacturera, cuyo ritmo de crecimiento se incrementó en seis décimas hasta situarse en el 0,5%. Este comportamiento sugiere una mayor estabilidad en el sector tras un año marcado por la volatilidad de la demanda externa y los ajustes en la producción.
Uno de los sectores más dinámicos fue el de la construcción, que experimentó un fuerte repunte del 2,6% intertrimestral, mejorando en 4,2 puntos su desempeño con respecto al trimestre anterior. Este notable crecimiento apunta a una recuperación en la inversión en infraestructuras y en la edificación residencial y no residencial. Por su parte, el sector servicios, que sigue siendo el pilar de la economía española, creció un 0,9%, aunque con una ligera desaceleración de una décima respecto al trimestre anterior. A pesar de ello, el sector mantiene su fortaleza, respaldado por el dinamismo del consumo y el turismo, aunque con signos de moderación en el ritmo de expansión.
En términos interanuales, las cifras son si cabe más sorprendentes por su tamaño. Según los datos del INE, la demanda nacional fue el principal motor de este avance, con una contribución de 3,5 puntos al crecimiento del PIB, mientras que la demanda externa tuvo una aportación cercana a cero, reflejando un menor impulso del comercio exterior.
El consumo de los hogares se aceleró significativamente, con una subida del 3,7%, ocho décimas más que en el trimestre anterior. Este crecimiento sugiere una mayor confianza de los consumidores y un repunte del gasto privado, impulsado en parte por la moderación de la inflación y el crecimiento del empleo. Por su parte, el gasto de las Administraciones Públicas aumentó un 4,9%, aunque con una ligera desaceleración de dos décimas respecto al trimestre precedente.
La inversión también mostró una notable mejoría, con un crecimiento del 2,4%, lo que supone un avance de 1,5 puntos respecto al trimestre anterior. Este repunte en la formación bruta de capital refleja un mayor dinamismo en la inversión empresarial y en el sector de la construcción, clave para la recuperación económica.
Sin embargo, el sector exterior mostró señales de moderación. Las exportaciones de bienes y servicios crecieron un 3,0% interanual, lo que supone una desaceleración de 1,6 puntos respecto al tercer trimestre. Al mismo tiempo, las importaciones aumentaron un 3,4%, acelerándose dos décimas en comparación con el trimestre anterior. Este comportamiento refleja una mayor demanda interna que sigue atrayendo productos del exterior, al tiempo que las exportaciones pierden algo de impulso.
Desde el punto de vista de la oferta, todos los grandes sectores de actividad presentaron tasas interanuales positivas, consolidando el crecimiento generalizado de la economía. La industria en su conjunto creció un 2,9% (a contracorriente de la industria europea y de países como Alemania y Francia), mientras que la industria manufacturera, que sigue siendo un pilar clave de la producción nacional, registró un avance del 3,8%, reflejando una mayor actividad y demanda. El sector de la construcción también mostró un crecimiento sólido, con un aumento del 2,3% interanual. Este incremento, aunque más moderado que en otros sectores, confirma la recuperación del sector inmobiliario y de las infraestructuras, que ha sido una de las áreas clave de inversión en los últimos trimestres.
Por su parte, el sector servicios, que representa la mayor parte del PIB español, creció un 3,9%, manteniendo un ritmo estable y consolidando su papel como el principal impulsor del crecimiento económico. Las ramas primarias, que incluyen la agricultura, ganadería y pesca, mostraron un incremento del 4,4%, lo que supone un comportamiento positivo en comparación con trimestres anteriores.
«Aunque el consenso espera que la economía española se desacelere necesariamente en 2025 y crezca solo un 2,2% interanual (frente al 3,2% en 2024), creemos que la economía volverá a crecer alrededor del 3%. El ajustado mercado laboral mantendrá alto el crecimiento de los ingresos reales de los hogares, y el aumento de la confianza del consumidor y la flexibilización de la política monetaria también deberían respaldar un crecimiento del consumo cercano al 4% este año», aseguran desde Capital Economics. Según estos expertos, la economía de España seguirá volando este año.
Precisamente, el mercado laboral está siendo uno de los motores de la economía española. Pese a la fortísima creación del empleo, la productividad se está mintiendo con un leve crecimiento, algo impropio de otros ciclos expansivos de la economía española. «El número de horas efectivamente trabajadas aumentó un 2,8% interanual este trimestre, 1,5 puntos más que en el precedente. En términos intertrimestrales, varió un 1,8%. «Los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo se incrementaron un 2,3% en tasa interanual, dos décimas más que en el trimestre precedente. En términos intertrimestrales su variación fue del 0,8%. Por su parte, la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo registró este trimestre una tasa interanual del 1,2%, y la productividad por hora efectivamente trabajada, del 0,7%», según reza el comunicado del INE.
Un gran año 2024
En conjunto, el 2024 ha sido un gran año para la economía, con un avance del PIB del 3,2% en agregado. Los datos del cuarto trimestre de 2024 confirman que la economía española sigue creciendo con el respaldo de la demanda interna y la inversión, aunque con ciertos desafíos en el comercio exterior y el sector primario. De cara al futuro, la evolución del consumo, la inversión y la competitividad de las exportaciones serán clave para sostener la senda de crecimiento en un entorno económico global cada vez más incierto.
Los expertos de Funcas ya venían apuntando a un buen cuarto trimestre basado en los indicadores adelantados y en los datos del mercado laboral: «En cuanto al último trimestre del año, los indicadores disponibles apuntaban a un crecimiento del PIB que vuelve a superar las previsiones. En la industria, tanto el IPI como el PMI se mantienen por encima del trimestre previo. En servicios, indicadores como las pernoctaciones, el transporte aéreo de viajeros, la llegada de turistas y el PMI ofrecen resultados semejantes o superiores al trimestre anterior«, aseguraban estos expertos en un informe publicado hace unos días.
Asimismo, los diferentes componentes del indicador de ventas de grandes empresas apuntan a un inicio vigoroso del cuarto trimestre. Por último, en la construcción se observan señales positivas. En general, parece que el impacto de las inundaciones de Valencia en los indicadores disponibles ha sido limitado, a pesar de que las zonas perjudicadas representan en torno al 1,7% del PIB nacional. Toda esta información tomada en su conjunto permite anticipar un crecimiento intertrimestral del PIB del 0,8% en el cuarto trimestre de 2024.
La economía española ya venía mostrando un comportamiento sorprendentemente positivo en 2024, con un crecimiento interanual del 3% en el conjunto de los tres primeros trimestres, mientras que la eurozona registró un avance del 0,6% en el mismo periodo, es decir, España más que triplica el crecimiento de la zona euro. En el tercer trimestre, el PIB registró un avance intertrimestral del 0,8%, por encima de lo previsto y de la misma magnitud que en el segundo trimestre. En definitiva, la economía de España está siendo la nota positiva de la zona euro en los últimos años con un crecimiento que multiplica por más de tres al de la zona euro.