La revolución musical no basta: Spotify quiere liderar la nueva batalla del podcast
El podcast detiene la música y toma la palabra. Spotify, la reinterpretación de todo un negocio, ahora se ha volcado en lo que Federica Tremolada considera «el principal fenómeno para los medios este 2020». La directora general de la compañía para el Sur y el Este de Europa ve claro el camino a seguir: «Tenemos la plataforma que revolucionó definitivamente la música, tanto en el modelo de consumo de la gente como en el del negocio de las compañías discográficas, así que queremos posicionarnos como el líder global en el sector del audio, y creemos estar en la mejor situación para lograrlo en el podcast».
Aparentemente el podcast atraviesa una edad de oro, pero en este caso la empresa de origen sueco no está ni mucho menos sola (un gigante como Amazon, por ejemplo, lanzó hace exactamente un mes su servicio Audible en España). En la música, Spotify ha logrado copar el mercado e incluso dar un vuelco al sector, pero es otro cantar el de los archivos hablados, pues siempre quedarían fuera de su alcance los contenidos de una competencia que tampoco quiere dejar pasar esta oportunidad.
Por eso, esta vez el modelo es distinto para Spotify, que se afana en crear podcasts propios que enriquezcan su oferta, «una estrategia que incluye contenido en exclusividad, que ha funcionado muy bien en EEUU y que en todo el planeta ya ha generado más de 300 podcasts originales». Incluso Michelle Obama tiene el suyo propio.
«De 1,5 millones de podcasts con los que contamos, la mitad se ha incorporado este mismo año, lo que da una idea del ritmo al que está evolucionando el mercado», apunta Tremolada desde su casa de Milán, ciudad en la que nació y donde actualmente reside.
«El porcentaje de gente que escucha podcasts en Spotify ha pasado en un año del 19% al 21%. Y esperamos que la cifra siga creciendo, sobre todo por lo que invertimos, también en España». Esos porcentajes cobran dimensión dentro de una comunidad de las magnitudes de Spotify, que supera los 300 millones de usuarios activos en el mundo.
De ese total, en torno a 140 millones están suscritos a Spotify Premium, ciertamente menos de la mitad de los usuarios pero, a la vista de las cuentas, los que en verdad vienen sustentando el negocio. La plataforma, con todos sus anuncios en la versión gratuita, factura en publicidad alrededor de la décima parte de lo que consigue gracias a las suscripciones. La combinación de ambas vías de ingresos claramente marcada se antoja un precedente para otros negocios volcados definitivamente en lo digital, sin ir más lejos el de la prensa, que reivindica el valor de la labor periodística.
La progresiva integración del podcast en Spotify refuerza los dos caminos, el de la contratación sin anuncios y también el gratuito con publicidad, terreno este último por el que campan a sus anchas gigantes estadounidenses como Facebook o Google, los que acaparan las porciones más generosas en la venta de espacios publicitarios online.
TECNOLOGÍA… ¿EUROPEA?
Frente a la predominancia norteamericana, en ocasiones burlada por la pujanza de las compañías chinas, el entorno tecnológico casi nunca deja a espacio a empresas europeas, pero en Suecia se distinguen algunas honrosas excepciones, como Ericsson en las telecomunicaciones y Spotify en la vanguardia del streaming musical. «Sabemos que hay competencia, alguna de grandes empresas norteamericanas, otras de proyectos de tipo más local… Lo que vamos a aprovechar es que somos los mejor colocados para adoptar el rol de líder. A diferencia del resto, somos una compañía focalizada en el audio, más que cualquier otra. Si nos referimos a empresas como Google y Amazon, tienen múltiples negocios y el audio no destaca como su negocio core, así que creo que podemos sacar partido al conocimiento del sector que hemos ido acumulando a lo largo de los últimos años», plantea la directiva.