Ahogada por la escasez de financiación bancaria, la morosidad y los dilatados plazos de cobro a los que tiene que hacer frente, la empresa española lucha por mantenerse a flote en un mar de incertidumbres. Excesos reguladores aparte, Valentí Pich nos da la única receta posible para salir de la crisis: volver a los pilares de la economía

Una entrevista de Mari Carmen Romero Carrión, redactora jefe de Estrategia Financiera, recogida en el Boletín Elecrónico de CEDE–Acostumbrado como está a lidiar con la prensa, Valentí Pich es un hombre medido, pero que no suele morderse la lengua. Como presidente del Consejo General de Colegios de Economistas coordina un organismo que engloba a cerca de 50.000 economistas, que en conjunto asesoran a 700.000 empresas, y que está formada por ocho grupos especializados.

Una vez conocidos los fallos que han provocado esta crisis, ¿cree que se han tomado todas las medidas necesarias para estabilizar la economía?
Las cosas son más complejas. Hemos recordado lo que ya sabíamos. Durante los años de exuberancia financiera florecieron muchos proyectos empresariales y estatales que no tenían un sustento real, sino que dependían del crédito, que era fácil de conseguir. Ahora el problema reside en los pobres crecimientos que estamos viviendo, sobre todo en las economías avanzadas, que no son suficientes para hacer frente a las inmensas cantidades que se han invertido para reflotar la situación actual y aquellas que proceden de la época de los préstamos fáciles. Este es el mayor interrogante al que tenemos que hacer frente.

¿Se ha creado, al menos, el contexto propicio para facilitar el reflote?
Es evidente que a nivel internacional la economía se está moviendo. Y la prueba más evidente es que las empresas españolas que mantienen contactos con otros países reciben mensajes positivos. Sin embargo, el caso de España es diferente. Nuestra sociedad ha mejorado muchísimo, pero ha vivido muy por encima de sus posibilidades. El endeudamiento de las empresas públicas y privadas demuestra que el crecimiento no se basaba en el ahorro propio, sino que se realizaba apelando al externo. En un momento de dificultades financieras internacionales, esto nos deja en una situación
muy complicada.

Ver entrevista completa en un PSD del Boletín Electrónico de CEDE

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