Los Gobiernos echan mano de los impuestos más extravagantes
Escribe Rocío Bergillos en El Mundo.es–Este último año, ya sea por la crisis económica o por la necesidad de realizar reformas en unos mercados sometidos a constantes cambios, los Gobiernos han adoptado medidas recaudatorias de lo más particulares. Ajustes que pretenden proteger el medioambiente; luchar contra la obesidad o reducir las muertes prematuras, pero que son vistas por muchos como medidas desesperadas a este pinchazo de la economía.
El más reciente, en Dinamarca donde a partir de este año se gravarán los productos que superen más de un 2,3% de grasas saturadas. En otras palabras, los consumidores tendrán un recargo de 2,15 euros por cada kilo de grasa saturada.
Con el objetivo de combatir la obesidad, los daneses pagarán unos 33 céntimos más por un envase de mantequilla o margarina y nueve céntimos extras por una bolsa de patatas fritas. La pizza, el queso o la carne, también se encarecerán.
Las flatulencias de las vacas o, lo que es lo mismo, la emisión de gases del ganado doméstico también son objeto de tasas. A los granjeros irlandeses estos animales les costará 18 dólares por res y, de nuevo, a los daneses 110 dólares.
La justificación está en un informe de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), según el cual el ganado emite un porcentaje muy superior de gases nocivos como el amoniaco (NH3) o el dióxido de carbono (CO2), del que emiten los coches. En concreto, el 18% de los gases de efecto invernadero proviene del ganado doméstico.