Por qué la crisis no se acabará nunca
Escribe Pablo Pardo desde Washington para El Mundo.es–#cosasmasreformistasqueestegobierno es un hashtag de Twitter que a los colgados como yo hace mucha gracia. Entre las respuestas que hay están, por ejemplo, "Mocedades", "la gala de Raphael en Nochevieja", "Javier Clemente", "Fernando VII", y así sucesivamente. Uno de los partícipes más entusiastas en la frikada fue @Egocrata, que pocos días antes había tuiteado: "Hora de pedir un Colegio de Blogueros con colegiación obligatoria y fuertes barreras a la entrada para proteger mis beneficios". Un servidor replicó: "Y también un colegio de tuiteros".
Sería un chiste si no fuera un drama. O, más bien, una tragedia. El tipo de cambio de España está sobrevalorado en un 10%. Eso significa que los precios de todo deberían caer al menos en esa proporción. Al decir de todo, se quiere decir, de todo.
La caída de los precios se puede lograr por varias formas. Una es haciendo que la demanda de bienes y servicios se desplome, porque la gente no tiene dinero que gastar. Ésa parece la senda en la que estamos en España. Otra podría ser actuando sobre la oferta de esos bienes y servicios, creando más competencia. Ésa, ni se plantea.
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